Shrek logra rescatar a la princesa y huyen dejando a la dragona triste. En el camino de regreso, Fiona y Shrek comienzan una amistad. Una noche, Burro va a ver a la princesa pero encuentra a una ogra, él la confunde con Shrek pero la ogra le confiesa que es Fiona con el hechizo que desde niña tenía. Platicaron un rato, le contó que sólo el beso de su verdadero amor la haría tomar la forma de éste y, refiriéndose a ella, comenta que nadie podría amar a una bestia tan repugnante.
Shrek, quien sólo había escuchado esto, pensó que ella hablaba de él y desilusionado decide no confesarle su amor. A la mañana siguiente, cuando Fiona saluda a Shrek, él se muestra enojado e indiferente, ella le pregunta por qué su reacción y él le responde que había escuchado ‘todo’ y que efectivamente nadie podría amar a una bestia tan fea. Fiona, con ese comentario, se sintió muy mal por el supuesto rechazo de Shrek.
El ogro va en busca del príncipe para entregarle a la princesa, pues no la quiere ver más. Ella conoce a Lord Farquaad y se sorprende de su corta estatura y arrogante actitud. Shrek recupera las escrituras de su pantano para volver a vivir solo y Fiona, resentida con Shrek le dice al príncipe que se quiere casar esa misma tarde. Shrek regresa a su pantano, Burro lo sigue y le comenta que no puede dejar que le quiten a Fiona, que debe luchar por su amor, él le responde que ella no lo quiere, que lo considera una horrible bestia, pero Burro le aclara que no es de él de quien estaban hablando, sino de ella.
Shrek se da cuenta del malentendido y decide ir por Fiona. Burro, inesperadamente, llama a la dragona y vuelan a la Iglesia donde se celebraba la boda. Al llegar, Shrek interrumpe y aclara todo, y sin importar las burlas de la gente, ellos se dan el beso del verdadero amor quedando así Fiona transformada en ogra para siempre. Al final se aprecia como parten en una carroza, y termina diciendo cómicamente: ‘y vivieron feos para siempre’.
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