La joven Griet entra a servir a casa de Johannes Vermeer. Éste, consciente de la intuición de Griet con la luz y el color, irá introduciéndola poco a poco en el misterioso mundo de su pintura. Por otro lado, Maria Thins, suegra de Vermeer, viendo que Griet lo inspira, decide permitir la relación entre ambos a fin de que su yerno aumente su exigua producción de cuadros.
Griet se rinde cada vez más a los encantos de Vermeer, si bien no puede estar segura de los sentimientos del pintor hacia ella. Finalmente, el maquiavélico Van Ruijven, consciente del grado de intimidad existente entre el maestro y la sirvienta, se las ingenia para que Vermeer reciba el encargo de pintar a Griet sola. El resultado será una de las mayores obras de arte jamás creadas, pero... ¿A qué precio para Griet?
lunes, 22 de junio de 2009
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