miércoles, 21 de abril de 2010

Con el amor no hay quien pueda

Conozcamos a Genevieve (Nia Vardalos). Le encanta lo romántico. Le encantan las flores. Le encanta el día de San Valentín. Todo lo cual encaja como propietaria de “Roses for Romance,” una pintoresca tienda de flores en pleno centro de un agradable suburbio de Brooklyn, en Nueva York. Su único problema es que aborrece relacionarse. Habiendo sufrido en el pasado en muchas ocasiones cuando se ha tratado de asuntos del corazón, Genevieve se mantiene feliz, no permitiendo que ningún hombre entre realmente en su vida. Las citas es un juego para ella, uno en el que es muy buena.

A Genevieve ya no le abandonan, y tampoco le hacen daño porque no se queda el tiempo suficiente como para que las cosas se pongan feas. Y entonces conoce a Greg (John Corbett). Tiene buen aspecto, es divertido y humilde. Se ha trasladado a la ciudad no hace mucho, dejando atrás su carrera como abogado en Atlanta, para comenzar de nuevo con un restaurante Tapas: «Get On Tapas». Pero, ¿por qué sigue soltero este partido ideal? Porque a diferencia de Genevieve, Greg no tiene sentido del juego. Nunca parece entender las reglas de las citas o el modo en que galantear a una chica. Tras citarse por primera vez, Genevieve explica a Greg sus normas: sólo se cita con una persona en cinco ocasiones, y «cuando el romance se ha acabado, ¡cambio de tercio!». Greg opta por probar este nuevo modo de citarse. Le parece un buen modo de evitar sus habituales y desastrosas fracasos. Sin embargo, nadie hubiera podido predecir lo alto que las chispas llegarían cuando los dos están juntos. Ambos se están enamorando locamente. Así que cuando las cinco citas tocan a su fin, la teoría sobre los idilios de Genevieve se ve realmente puesta a prueba.

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